martes, 30 de noviembre de 2010

Silencios



Me encantan los silencios. Esos que desatan la mente y desdibujan el contexto. Silencios que te miran con la vida en los ojos. Silencios de noventa y nueve centímetros. Inefables. Silencios que expresan mucho más de lo que cualquier otra cosa podría expresar. Silencios que te mantienen segura. Que te elevan al infinito. Silencios que saben a amor y huelen a jazmines. Silencios que revientan tímpanos. Que te transportan a otro lugar. Silencios que no todo el mundo puede valorar. Silencios que sueñan sin lienzos y pintan sin colores. Silencios que no volverás a alcanzar. Esos que debes olvidar. Silencios que has de dejar marchar. Tus silencios.

domingo, 28 de noviembre de 2010




La vanidad empeñaba la amargura y el dolor cerraba la puerta a la conciencia.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

lunes, 15 de noviembre de 2010



 


He vuelto a sumergirme en el mismo lugar, y aquí no se puede respirar.

viernes, 12 de noviembre de 2010






-No es lo que dices de él, es lo que no dices. No hay ni un atisbo de entusiasmo, ni un ápice de emoción, veo en esa pareja la pasión de dos pingüinos. ¿Dónde está tu arrebato? Quiero que flotes, quiero verte cantar con furia y bailar como posesa. 
-Oh, ¿eso es todo?
-Sí, verte feliz hasta el delirio o dispuesta a serlo.
-De acuerdo, feliz hasta el delirio, haré todo lo que pueda.
-Ya sé que suena un poco cursi, pero el amor es pasión, obsesión, no poder vivir sin alguien. Mira, pierde la cabeza, encuentra alguien a quien amar como loca y que te ame de igual manera. ¿Cómo encontrarlo? Pues...olvida el intelecto y escucha el corazón. No oigo ese corazón. Porque lo cierto hija es que vivir sin eso no tiene sentido alguno. Llegar a viejo sin haberse enamorado de verdad, en fin, es como no haber vivido. No te cierres, nunca se sabe, quizá caiga una estrella.

jueves, 11 de noviembre de 2010

martes, 9 de noviembre de 2010





Decía que los puntos finales facilitan la vida a la gente. Los puntos aparte y los suspensivos incrementan la inteligencia.

lunes, 8 de noviembre de 2010

El cuerpo, Stephen King.


Aunque yo hubiera sabido decir lo correcto, seguramente no habría podido decirlo. Las palabras destruyen las funciones del amor (supongo que es terrible que un escritor diga esto, pero creo que es cierto). Si hablas para decirle a una cierva que no le deseas ningún daño, se esfumará con un simple meneo de rabo. Lo malo es la palabra. El amor no es lo que los poetas cretinos como McKuen quieren hacerte creer. El amor tiene dientes que muerden; y las heridas jamás cicatrizan. Ninguna palabra, ninguna combinación de palabras puede curar esas mordeduras del amor. Pero también lo contrario es cierto, ésa es la ironía. Si esas heridas se cierran, las palabras se mueren con ellas. Podéis creerme. Me gano la vida con las palabras y sé que es cierto.

sábado, 6 de noviembre de 2010

 It's not a silly little moment
It's not the storm before the calm
This is the deep and dyin breath of
this love we've been workin on
Can't seem to hold you like I want to
so I can feel you in my arms
Nobody's gonna come and save you
we pulled to many false alarms




I was the one you always dreamed of
you were the one i tried to draw
how dare you say it's nothin to me
baby, you're the only light I ever saw

jueves, 4 de noviembre de 2010

Viento ligero de ese que es absurdo pero no te deja respirar, de ese que no llega nunca por casualidad, que es bonito aunque esté desafinado, que no responde a ninguna ecuación ni fórmula, que no te suelta. Y basta con no detenerte demasiado, con no pensar demasiado.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Nightmare machine

La necesidad de distracción era tan inmensa que trataba de encontrarla en cualquier lugar, en cualquier acción por estúpida o insensata que fuera. La pasividad hacía que su llama se apagase, dejando paso a una destructiva oscuridad que ni siquiera le permitía dormir, y en caso de hacerlo resultaba incluso peor. Jugaba con su mente irrumpiendo y controlando su subconsciente generando a su paso nuevas pesadillas.

martes, 2 de noviembre de 2010

lunes, 1 de noviembre de 2010

Las cosas que no nos dijimos

He amaestrado la soledad, hace falta muchísima paciencia. He caminado por ciudades de todo el mundo en busca del aire que respirabas. Dicen que los pensamientos de dos personas que se aman siempre terminan por encontrarse, así que me preguntaba a menudo antes de dormirme por las noches si tú también pensabas en mí cuando yo pensaba en ti; fui a Nueva York, recorrí las calles soñando con verte y temiendo a la vez que ese encuentro se produjera. Cien veces creí reconocerte, y era como si mi corazón dejara de latir cuando la silueta de un hombre me recordaba a ti. Me juré no volver nunca a amar así, es una locura, un abandono de sí mismo imposible.